Fecha
última modificación: 01/03/2014
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Fecha
creación: 16/03/2013
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Versión:
2.0
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NIVEL:
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Iniciación - Bajo - Medio - Alto – Avanzado
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DOCUMENTOS RELACIONADOS
He publicado varios documentos relativos al proceso del
escaneado, la mayoría dedicados específicamente al B&N. Se puede acceder a
ellos a través de su índice con el enlace siguiente:
Introducción. Prueba a realizar
Me interesa comparar los
resultados que conseguía mediante la ampliación de negativos en el laboratorio
químico y los que obtengo actualmente mediante el escáner, el proceso digital y
la impresión; ya que, aunque parezca muy evidente que los primeros superarán a
los segundos, quiero evaluar y acotar las diferencias.
La prueba es sencilla voy a
ampliar en el laboratorio químico un fotograma al tamaño máximo que me permite
cómodamente la ampliadora, y comparar visualmente el resultado con la misma
imagen obtenida con el escáner, tratada digitalmente con Photoshop (en adelante
PS) e impresa al mismo tamaño buscando una tonalidad similar.
Comprobar estado líquidos y papeles
Como llevo tiempo sin pisar el
laboratorio, para comenzar tengo que verificar el estado de los líquidos y
papeles, evidentemente si fuesen nuevos no es necesario, pero los que yo
dispongo todos tienen la fecha de caducidad agotada hace varios años y quiero
aprovecharlos. Para ello voy a aplicar el método de comprobación que describo
seguidamente y que podría seros útil en una situación similar.
Revelador
Para
probar el estado del revelador, que he intentado inútilmente conservar en
solución de stock añadiendo en la botella las canicas necesarias para que el
líquido la llenara completamente, basta con revelar con él a 20ºC durante
varios minutos un trozo de papel no expuesto con una luz fuerte en el laboratorio
encendida (por ejemplo con 100 W de potencia a 2 m). Si se ennegrece hasta el
máximo admisible para el tipo de papel usado, el líquido mantiene su vigor,
incluso aunque observemos que la solución está algo oscura (con ciertos
reveladores es un indicativo de su estado).
En la
primera prueba, sobre un revelador que en mi caso estaba totalmente
transparente, aplicando las operaciones indicadas no era capaz ni tan siquiera
de oscurecer ligeramente el trozo de papel; por lo que preparé una solución
nueva a partir de una botella sin abrir (por cierto estaba más oscuro de lo
habitual) y este sí actuaba.
Papel
Seguidamente
me dispuse a comprobar el estado de los papeles y paro ello comparé el blanco
de un trozo de papel sin exponer pero sometido al proceso completo de revelado,
paro y fijado; con otro trozo, también sin exponer, que lo introduje
directamente en el fijador, saltándome los baños anteriores. Y todo ello, por
supuesto, con la luz de seguridad del laboratorio.
Una vez
lavados, enjuagados y secados con un papel absorbente, ambos papeles deberían
presentar el mismo tono de blanco; pero, tras verificar todos los tipos de
disponibles resulto que algunos manchaban un poco el blanco (tenían un velo
ligero), otros lo oscurecían por encima del gris medio (totalmente
inutilizables para un uso normal) y solamente con unos pocos no se apreciaba
cambio alguno.
Aunque
el método explicado es suficiente, a mí me gusta también comprobar el contraste
por lo que, en lugar de un papel sin exponer, confecciono realmente una tira de
pruebas desde el blanco al negro máximo del papel y ésta es la que utilizo en
el para el proceso de revelado.
Ampliación analógica para obtener un grano apreciable
Para
poder alcanzar el objetivo inicialmente planteado, voy a ampliar una imagen lo
máximo que me permite la columna de mi ampliadora (una Besseler de doble
columna), partiendo de un negativo de 35 mm con un grano apreciable, para lo
cual utilizaré un fotograma de película Kodak Tmax 400, que considero
suficientemente válido para mi propósito.
Con las
condiciones expuestas sólo puedo obtener una ampliación de 66 x 44 cm², para conseguir un mayor tamaño tendría que
proyectar sobre pared. Esto me recuerda y devuelve a una realidad anterior
donde éstos formatos a muchos fotógrafos nos parecían increíbles y que, sin
embargo, contrasta con la tendencia actualmente muy extendida en la que las
dimensiones se miden como mínimo por metros.
Tras realizar las pruebas
pertinentes para obtener el tiempo de exposición y el filtro de contraste
adecuado (no utilice el sistema de dos filtros de mi pasada época), decidí
ampliar un fragmento de tamaño significativo usando para ello un papel completo
de 30 x 40 cm² de la marca Bergger, baritado, de contraste variable y tono
cálido.
Esa imagen, suficientemente
ampliada, me permitirá comparar fácilmente los resultados con los obtenidos por
escaneado directo y procesado digital.
Escanear negativos de 35 mm
En otros
documentos por mi elaborados, podéis encontrar información sobre el proceso y
uso de un escáner de negativos.
En esta
ocasión, como en alguna anterior, me centraré en el equipo Epson V750 PRO y
aplicaré los ajustes, algunos ya indicados en los referidos documentos, de: 16
bits, sin enfocar, formato archivo TIFF, escala grises Gray Gamma 2.2,
resolución de 4.800 dpi e histograma ajustado.
El
tamaño de la imagen obtenida (aproximadamente 60 Mb de tamaño de archivo) con
una resolución de impresión de 240 dpi es mayor que la del papel fotográfico;
por lo que tendré que reducirla con PS empleando el método de Bicúbica más
enfocada a fin de que el lado mayor se ajuste a los 66 cm.
Como la
imagen está desenfocada hay que aplicar enfoque y añadir el grano que más se
aproxime al obtenido mediante ampliación y tratamiento químico. Con ese objetivo
he realizado varias pruebas hasta conseguir un proceso que asemeja bastante el
resultado al analógico y que,
¡increiblemente!, con algunos ajustes a mí me parece hasta mejor.
El
proceso final es bastante complejo ya que se pueden añadir más de 10 capas
sobre la imagen original, la mayoría de ellas transformadas en Objetos
inteligentes, por lo que el número de parámetros a variar también es elevado y
es muy recomendable crearse una Acción en PS. Con él se puede alcanzar una
imagen que si no se rasteriza y acopla está próxima a 1 Gb de tamaño de
archivo.
Como en
las sucesivas capas, se van alternando distintos procesos de enfoque, ruido,
desenfoque y recuperación de la imagen original con diferentes opacidades y
modos de fusión, y como, además, algunas de las creadas son dependientes de las
inferiores -caso de cambiar algún parámetro de las últimas implicaría un nuevo
cálculo en las superiores- se puede complicar mucho todo el método de ajuste y
refinamiento.
Por el
momento, no voy a publicar la
Acción que permite crear las capas mencionadas, ya que se
encuentra en proceso de perfeccionamiento y no la he contrastado
suficientemente. Además, estoy convencido que simplificando se pueden alcanzar
resultados equivalentes, tarea en la que estoy actualmente trabajando.
Comparación de resultados
En la figura 1 podéis
ver el resultado obtenido por proceso químico, mediante ampliación de un
fragmento de un fotograma de película de 35 mm TMAX 400 con bastante grano, y
compararlo con el de la figura 2 que ha sido escaneado a 4.800 dpi, sin aplicar ningún tipo de enfoque y
reduciéndolo en PS al mismo tamaño que la copia analógica.
En las figuras 3 y 4 se
muestran las imágenes conseguidas desde la figura 2 al aplicarle enfoque y
añadir ruido con diferentes parámetros. En la última se ha añadido un grano más
fino por lo que parece más enfocada, a pesar de perder algunos pequeños
detalles.
Para imaginarnos el tamaño del
grano real, que a simple vista parece bastante escandaloso, basta con conocer
que imprimiendo la imagen a 240 dpi el tamaño del ancho de la cara medirá
aproximadamente 5 cm de salida y el fotograma completo 66 x 44 cm².
Conclusiones
De lo
anterior se desprende que se pueden obtener resultados a nivel práctico muy
similares a la ampliación analógica mediante un escáner, incluso con un
tratamiento posterior conseguir cambiar el aspecto del grano para que parezca
menor, con el riesgo de suprimir pequeños detalles.
La
imagen utilizada en las figuras puede provocar actualmente, y más si sólo
conocemos la tecnología digital, un cierto rechazo y parecernos que el grano es
como un ruido muy exagerado e incluso desagradable.
Pero no
conviene fiarse demasiado de esa primera sensación, de hecho para reforzarla he
usado intencionadamente un fragmento con una cara triste y poco atractiva que
nos influye negativamente.
Con ello
quiero transmitir que para poder valorar el efecto real lo correcto es
imprimirlas y yo lo hecho a 160 dpi obteniendo un tamaño de 60x90 cm² a partir
del negativo completo del paso universal, constatando que el grano finalmente
obtenido es muy estético y agradable.
© Jorge Lidiano.
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