'Convertir una idea en algo
tangible no siempre es una tarea sencilla, nuestra imaginación la idealiza
visionando resultados que luego no pueden materializarse por ligamentos
técnicos y sociales o, si al contrario lo conseguimos, nos decepcionan.
También puede suceder que, tanto
la idea como su representación, sean tan abstractas que no las podamos
compartir sin una extensa argumentación.
El placer visual y la emoción
directa no deberían ser eclipsados por el apoyo en intrincados recovecos
literarios que llegan a enmascarar la propia esencia de la obra.
No soy, por tanto, partidario del uso excesivo de
la palabra para describir imágenes, pero reconozco que en ocasiones es
absolutamente necesario. Una imagen debería transmitir y transmite por si
misma, pero no siempre apreciamos lo pretendido por el autor.' (reflexiones
e introspecciones 10/2013)
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Este trabajo, realizado en el año
2000, versa sobre los vestigios de vigilancia y protección construidos en Santa
Pola (Alicante) durante el reinado de Felipe II en el año 1552. Fue objeto, en
octubre de ese año, de una publicación impresa y de una exposición fotográfica.
Con el fin de no coincidir y cubrir
mejor todos los lugares y aspectos, nos repartimos la temática entre los tres
fotógrafos participantes. A Feliciano López le correspondió los accesos, a
Manolo Lara las fortalezas de Santa Pola y de la isla de Tabarca y a mí las
torres de vigilancia, que en su día fueron tres: Torre del Tamarit en las
salinas, Escaletes en la sierra y Atalayola en la ubicación del faro actual.
Inicialmente, por desconocimiento,
no era consciente de las dificultades con las que me iba a tropezar y que
pronto descubrí: en una torre no podía acceder al interior, en la otra no podía
acercarme y la tercera ni existía.
Después de exponer varios carretes
el resultado no terminaba de convencerme, las fotos directas eran demasiado
evidentes, incluso utilizando ángulos y planos extremos, texturas, simetrías,
proyecciones de sombras....
Además, me parecía que las tomas
resultaban muy similares, aspecto en el que influía de forma relevante mi
disponibilidad de ópticas. Precisaba, por tanto, encontrar un discurso para
dotar a las imágenes de un sentido lejos del estrictamente documental y que
fuese personalmente motivador.
Se me ocurrió entonces que podría
centrarme en enfatizar dos aspectos que se producirían en la época: los
momentos de escasa visibilidad que intentarían aprovechar los atacantes y los
sangrientos enfrentamientos que se producirían, por lo que decidí usar para
este trabajo la estética del desenfoque y del movimiento.
SI QUIERES VER LA SERIE MÁS CÓMODAMENTE PINCHA EN UNA DE LAS
IMÁGENES
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© Jorge Lidiano.
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Jorge, permíteme darte la enhorabuena por este magnifico trabajo, el poder evocador del movimiento y el desenfoque, te sumerge en lo que pudieron ser esas invasiones. A veces una fotografía borrosa enseña y dice más que una nítida al "abrir" tu conciencia. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias José Carlos, he intentado acercarme a ver algunas de las exposiciones de las que me me mantienes informado pero de momento me ha sido imposible. A ver si coincidimos pronto.
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