TÉCNICA FOTOGRÁFICA. MANEJO DE LA CÁMARA
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Fecha
última modificación: 01/12/2012
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Fecha
creación:01/12/2012
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Versión:
1.0
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NIVEL:
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Iniciación - Bajo - Medio - Alto – Avanzado
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MANEJO DE LA CÁMARA
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La cámara como instrumento
En este documento se
pretende introducir y/o revisar los conceptos más básicos relacionados con el
uso de la cámara fotográfica.
La cámara no es el elemento creador de la fotografía, sino un instrumento que nos permite materializar las imágenes observadas a través de nuestros ojos y que nos facilita:
1.
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La selección y encuadre de la imagen que, observada a través
de su visor, más se asemeja a nuestra concepción e interpretación de la
escena
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2.
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La ampliación o reducción del campo visual mediante
objetivos que alteran la perspectiva de la imagen respecto a la observada
directamente a través de nuestros ojos
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3.
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La captación de la luz directa o reflejada por los objetos
que constituyen la imagen a fotografiar
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4.
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La dosificación de la cantidad de luz para la correcta
exposición y adaptación a las características técnicas del material sensible
utilizado (negativo, diapositiva, polaroid, sensor digital...)
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5.
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El registro de un espacio temporal que nuestros sentidos son
incapaces de apreciar
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6.
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El almacenamiento en un soporte duradero, que
posteriormente permitirá su visualización directa (diapositiva, polaroid...) o
trasferencia. En la fotografía analógica éste se realiza sobre el propio
material sensible y en la digital inicialmente sobre la tarjeta de memoria
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La cámara no es un artículo para ostentar sino para trabajar
y debe de estar a nuestro servicio y no al revés. Con ella debemos sentirnos
cómodos y para ello, en el momento de elegir un modelo, conviene meditar sobre
las necesidades y características de los trabajos que deseamos desarrollar. No
es más fotógrafo aquél que dispone de numerosos medios técnicos sino el que los
utiliza de la manera acertada y coherente con sus proyectos.
Por tanto, no debemos dejarnos maravillar por la multitud de
opciones electrónicas que nos ofrecen algunas cámaras, algunas de ellas no las
utilizaremos nunca; sino valorar lo que realmente importa de una cámara y que
podríamos resumir en: facilidad de manejo, mecánica fiable, calidad de la
imagen registrada y óptica excelente.
Cuestiones a considerar en el manejo de la
cámara
El uso correcto de la cámara puede ser un factor decisivo
para obtener buenas fotografías y para ello se debe tener en cuenta:
1.
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La cámara debe ser sostenida con firmeza intentando que permanezca
inmóvil. A pulso se deben utilizar velocidades de obturación iguales o
mayores a la longitud focal (para un sensor de tamaño equivalente a un 35 mm)
sujetándola, si es posible, con ambas manos (figura 1) y con los codos
pegados al cuerpo. El disparador debe apretarse suavemente y mantener el dedo
hasta que se termine completamente la exposición. Con algunas cámaras
digitales, sobretodo compactas, no se conoce con exactitud el momento de la
toma, por lo que no debemos mover la cámara si no estamos seguros de que ésta
ha finalizado. Si la velocidad es lenta la respiración debe ser relajada e
incluso contenida durante el disparo, los pies deben estar firmemente
apoyados y se debe buscar un punto de apoyo adicional para nuestro cuerpo
(por ejemplo la espalda sobre una pared) y para nuestros brazos (puede ser
válido los codos pegados al cuerpo). Como ejemplo, para personas diestras, en
las cámaras réflex, en las de formato medio y en las compactas, lo habitual
es colocar la mano izquierda de forma que la cámara apoye sobre la misma y
con ella manejar el anillo de enfoque y el diafragma, mientras que con la
derecha se controla el pulsador de disparo y
el obturador. Esta posición es aplicable y válida tanto para tomas en
formato horizontal como vertical
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2.
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El objetivo debe mantenerse limpio y libre de huellas, grasa, etc.;
por lo que conviene revisarlo antes de la toma, máxime con las cámaras cuya
visión no es a través de ese mismo
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3.
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El enfoque debe ser preciso utilizando para ello el selector o
anillo manual o el autofocus. Si la cámara sólo presenta posibilidad mediante
símbolos de proximidad o lejanía (primeros planos, grupos, paisaje) debemos
elegir el que más se aproxima a nuestra escena
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4.
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Si la cámara no es de tipo réflex o no disponemos de la posibilidad
de comprobar la profundidad de campo con el visor, debemos asegurarnos que
quedará enfocado todo lo que deseamos. Para ello usaremos las escalas
integradas en algunos objetivos o tomaremos como referencia las tablas que
algunos fabricantes suministran y que evidentemente sólo son válidas para un
determinado formato y longitud focal del objetivo (figura 2)
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5.
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Dependiendo de la cámara no siempre coincide lo que vemos por el
visor con lo que queda registrado, por lo que debemos recurrir siempre al
manual de instrucciones de nuestro equipo. Además, con distancias cortas y
cámaras sin visión a través del objetivo, es frecuente el denominado error de
paralaje, que introduce un desplazamiento de la imagen registrada con la
observada
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6.
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La selección entre las posibles combinaciones de la pareja diafragma
y velocidad supone un compromiso entre la profundidad del enfoque y el
movimiento deseados, por lo que debemos pensar cual es la más apropiada para
los resultados que perseguimos
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7.
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Debemos observar si en el encuadre elegido existen grandes zonas de
luces (nieve, cielo, mar, arena) o de sombras, con el fin de realizar las
correcciones oportunas y evitar una exposición incorrecta. En las cámaras
digitales con posibilidad de histograma, si éste no cubre la totalidad del
rango disponible, deberá ajustarse sobre el lado de las luces sin llegar a
reventarlas
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Pasos para una correcta toma fotográfica
La toma fotográfica conlleva la
realización de varios pasos y ajustes sobre la cámara encaminados a la correcta
captación de la escena, siendo los más importantes:
1.
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Selección del material sensible (negativo, diapositiva...), o en la
fotografía digital ajuste previo de algunos parámetros como: la sensibilidad,
el balance de blancos, el número de píxeles de resolución (VGA, XGA, SXGA,
UXGA...), el formato de archivo de grabación (comprimido JPG, RAW...)
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2.
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Búsqueda del encuadre aplicando experiencia, criterios y reglas de
composición...
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3.
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Medición e identificación del grado de contraste de la escena para
la determinación del valor de exposición adecuado, utilizando para ello medición puntual, ponderada... En las
cámaras digitales con histograma resulta fácil comprobar dicho grado
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4.
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Selección del binomio diafragma y velocidad, en coherencia con el
valor de exposición medido, con el fin de obtener el grado de movimiento y
profundidad de campo deseados
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5.
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Presión sobre el disparador en lo que se ha denominado como ‘el instante
decisivo’
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Es
evidente que, bajo un prisma técnico, con los dos elementos de control de la
exposición y con el enfoque podemos conseguir que los resultados, en cuanto a
calidad se refiere, se ajusten a los deseados. Sin embargo, bajo otro prisma,
es conveniente considerar otras cuestiones como lo son las siguientes:
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Pretender
que todas las fotografías resulten nítidas y con todos los planos enfocados
puede resultar a la larga aburrido, por el contrario, cada escena o cada
autor puede requerir una estética diferenciadora
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Una toma
con partes en movimiento puede transmitir una sensación de vida que no se
consigue con una imagen estática
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La
fotografía es un acto puramente subjetivo y por tanto cada fotógrafo debe y
puede interpretar, crear o modificar una escena conforme a su propio criterio
individual pero, es conveniente conocer y por tanto considerar que, existen
ciertos parámetros ya establecidos como patrón de valoración de la imagen
resultante y entre ellos cabe destacar la originalidad, el tema, el encuadre
y la composición, la intención, el valor documental, la calidad técnica...
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Una
imagen es observada desde tres puntos de vista diferentes, es decir, la del
mismo fotógrafo, la del sujeto fotografiado y la del mero espectador y en
consecuencia la ponderación de los criterios de valoración es también
diferente y dependiente según tipo de observador
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